No me digan que no resulta increíble estar acostados boca arriba en el medio de algún campo rodeado de colores verdes, respirar profundo y sentir una paz y tranquilidad única. Si, es algo sorprendente de solo pensarlo… pero cuando me he encontrado en esa situación, más de una vez jugando a ver qué formas podía hacer con las tantas nubes que se me aparecían frente a mis ojos, siempre me quedaba con la duda del por qué el cielo es de color azul y no de color rosa por ejemplo. ¿Vosotros también se lo han cuestionado en algún momento?

Claro está que a pesar de que siempre me quedaba con la intriga, no dejaba de contemplar ese hermoso cielo puro, a veces con un sol radiante y otros tantos, invadido por nubes blancas.

Bien, yendo al punto central del gran enigma que nos depara hoy, quisiera comenzar diciéndoles que el esplendor del cielo no es más que una consecuencia entre la luz del Sol junto con la atmósfera. Tan solo una porción de humedad unida con partículas de polvo y cenizas es suficiente para manifestar un determinado color en él.


Entrando más en detalle, para que se comprenda más aun la respuesta de esta gran pregunta, imaginemos que un rayo de sol traspasa un prisma de vidrio. En ese momento, se observará que la luz abre un abanico de colores por refracción sea violeta, azul, verde, amarillo y rojo. ¿Me siguen? Perfecto. Continuemos entonces, el rayo violeta es el que se separa más del blanco y en ese momento está la gran explicación del color del cielo. La desviación es mayor en los rayos de longitud de onda corta (violeta y azul), y menor en los de longitud de onda larga (amarillos y rojos), que casi no son desviados.

Una vez que se desvían los rayos violetas y azules, éstos chocan con diversas partículas en el aire y nuevamente cambian su trayectoria y así continuamente, una y otra vez, haciendo como un zigzag constante en el centro del aire previo a llegar a suelo terrestre.

Finalmente, cuando llega a nuestra vista, no da la sensación que venga del Sol, sino que por el contrario, llega de todas partes del cielo como en forma de llovizna. Es por ello entonces que el cielo nos parece azul. ¿Increíble no?

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GIOVANNI Mendieta

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