Dicen los que saben que los perros peligrosos no existen por sí mismos. Los peligrosos son los dueños que, por irresponsabilidad o maltrato, pueden convertir a un peludo de cualquier raza y tamaño en un animal que represente una potencial amenaza para propios y extraños. De todas formas, son muchos los países que insisten en elaborar listados de canes que pueden conllevar un riesgo para las personas.
El peligro de ser un dueño irresponsable o maltratador
Cuando alguien adopta o adquiere un perro, se supone que asume la responsabilidad de -además de proporcionarle los cuidados que necesita- socializarlo y educarlo de forma adecuada.
Por otra parte, los canes que las normas caracterizan como “potencialmente peligrosos” son -en realidad- animales grandes y fuertes que, en caso de atacar, causarían daños graves a los humanos.
Pero cualquier peludo puede transformarse -o no- en un riesgo no solo si no fue bien educado y socializado. También puede serlo si se lo expone a distintos tipos de maltrato. Entre ellos:
- Humanizarlo al extremo.
- Dejarlo atado y solo para que vigile, por ejemplo, una propiedad.
- Golpearlo o exponerlo a otros castigos físicos.
Los humanos, la principal causa de que haya perros peligrosos
Convengamos que un can puede volverse agresivo por causas orgánicas. Por ejemplo, si sufre algún tipo de dolor por motivos diversos (otitis, displasia de cadera, etc.).
Señalemos también que los perros, al igual que buena parte de los integrantes del reino animal, suelen presentar conductas violentas por cuestiones de instinto, cuando entran en juego factores como la supervivencia o la reproducción.
Pero, al contrario de lo que muchos creen, la agresividad es muy poco probable que se herede de padres a hijos.
Por eso -aparte de cuestiones de territorialidad y de dominancia- si además de no darle la adecuada educación a un perro, encima se lo incita para desarrollar actitudes agresivas, ¿quién es el verdadero peligro en esta historia?
Todo parece indicar que en la mayoría de los casos los perros peligrosos no nacen, se hacen.
Los canes potencialmente peligrosos según la legislación española
Más allá de todas estas consideraciones, las listas de los perros potencialmente peligrosos existen y varían de país en país. E incluyen a animales de razas que podrían llegar a causar daño a los humanos en caso de atacarlos.
Esto se mide no solo por tamaño o el tipo de mordida que presentan. También se considera a canes que a lo largo de los años fueron empleados para labores agresivas (defensa personal, caza, peleas, etc.).
En España, el Real Decreto 287/2002, por el que se desarrolla la Ley 50/1999, es el que establece un régimen jurídico de tenencia de “perros potencialmente peligrosos”. El listado incluye:
- Pit Bull Terrier
- Staffordshire Bull Terrier
- American Staffordshire Terrier
- Rottweiler
- Dogo Argentino
- Fila Brasileño
- Tosa Inu
- Akita Inu
Pero la norma también considera como canes potencialmente peligrosos, más allá de la raza, a los que tienen determinadas características físícas y de carácter. Así que animales de gran porte, musculatura y fortaleza también pueden ser de la partida.
En todo caso, si quieres adquirir o adoptar un peludo que está comprendido bajo esta denominación, debes cumplir una serie de requisitos. Entre ellos:
- Mayoría de edad
- No haber recibido condena por determinados delitos (homicidio, lesiones, torturas, contra la libertad o contra la integridad moral, la libertad sexual y la salud pública, asociación con banda armada o de narcotráfico)
- No estar privado por resolución judicial del derecho a la tenencia de perros potencialmente peligrosos
- Disponer de capacidad física y aptitud psicológica para la tenencia de este tipo de animales
- Contar con un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros con una cobertura no inferior a los 120.000 euros
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